En la tercera entrega de las aventuras de Hilda, Luke Pearson traslada a nuestra heroína a la ciudad de Trölberg, donde los temores de su madre por los peligros de la ciudad no le permiten salir sola a investigar casi nunca.
Sin embargo, tras conocer que se celebrará una espectacular cabalgata, propone a Hilda que vayan juntas. Y, además, le deja salir sola con sus nuevos amigos hasta poco antes del desfile. Ya en la calle Hilda se da cuenta de que no se siente cómoda con el comportamiento de los niños: acaban tirándole piedras a un árbol con pájaros y huyen despavoridos dejándola sola.
Cuando un cuervo cae herido al suelo, la niña corre en su auxilio. La sorpresa de Hilda es mayúscula cuando comprueba que el ave no solo habla y ha perdido la memoria. Con ayuda del cuervo, Hilda busca el camino de vuelta a casa para encontrarse con su madre. Comprobará entonces que también la ciudad tiene sus pequeñas criaturas misteriosas.
Poco a poco, el pájaro va recuperando la memoria y deja ver que tiene una misión que cumplir. La verdadera historia de esta misteriosa ave será revelada en la cabalgata del pájaro: el lugar donde Hilda conocerá la importancia que su nuevo amigo tiene para los habitantes de Trölberg.