Puccini ha sido, es y seguirá siendo una de las figuras más populares en_x000D_
el mundo de la ópera. Y el autor de este libro, Julian Budden, ha sido uno de_x000D_
los más destacados investigadores de la ópera italiana. La unión de ambos_x000D_
nombres dio como fruto la que muchos consideran la gran biografía sobre el_x000D_
compositor de Lucca. Con una hábil mezcla de análisis musical y relato colorista, en sus_x000D_
distintos capítulos se ofrece una esclarecedora visión de algunas de los títulos_x000D_
más populares del repertorio operístico de todo los tiempos, como Manon Lescaut, La boheme, Tosca, Madama_x000D_
Butterfly o Turandot. Budden_x000D_
aborda con agudeza el proceso de elaboración de una ópera, en la figura de_x000D_
quien se puede considerar que pone el punto final a la ópera italiana del siglo_x000D_
XIX. Así, en sus páginas el lector_x000D_
asiste a la pugna por encontrar a los intérpretes adecuados para el estreno de La boheme, la angustia de Puccini por_x000D_
terminar Turandot o su animosidad_x000D_
hacia algunos coetáneos como Leoncavallo (a quien llamaba irónicamente Leonasino_x000D_
o «león-asno»). Asimismo,_x000D_
proporciona un informado análisis de las propias óperas,_x000D_
examinando la música acto a acto. Destaca, entre otras cuestiones, la_x000D_
influencia de Wagner en Puccini, el único entre sus contemporáneos italianos en_x000D_
seguir el ejemplo del alemán a la hora de otorgar protagonismo al motivo_x000D_
musical, lo que algunas veces le permite dar voz a pensamientos no expresados_x000D_
por los cantantes, y otras emitir al público una señal de la que el personaje_x000D_
no es consciente. Y, por supuesto, también nos deja un fascinante e_x000D_
interesantísimo retrato del hombre Puccini: con talento pero modesto, una_x000D_
persona con amistades de toda clase y condición social: tenderos, sacerdotes,_x000D_
terratenientes acomodados, colegas artistas. Afable, cortés, dotado de un gran sentido_x000D_
del humor, rara vez dejó de encandilar a todos los que se encontraban con él.