Durante dos siglos y medio, entre 1603 y 1868, en el tiempo conocido como periodo Edo, Japón estuvo cerrado a los viajeros y, prácticamente, a la influencia extranjera. Sin embargo, en vez de empobrecerse, el país se desarrolló económica, social, cultural y artísticamente. Este impulso fue posible, en gran medida, gracias a las rutas que el shogunato trazó o modernizó, dotándolas de una completa red de servicios, y normas, para el desplazamiento y control de viajeros: comerciantes, peregrinos, artistas y daimios.
Utagawa Hiroshige (1797–1858), el genio del cromatismo y gran ilustrador nipón junto a Hokusai, fue cronista inigualable de la sociedad y los cambios de su tiempo. En este libro, profusa y cuidadosamente ilustrado, viajamos al fascinante Japón de los shogunes, en vísperas de la restauración Meiji, de la mano de Hiroshige, a través de su vida y las estampas de sus principales series: Cincuenta y tres estaciones del Tôkaido y Sesenta y nueve estaciones del Kisokaidô.
La historia de las rutas y los viajeros japoneses en el periodo Edo, con las ilustraciones de un guía de excepción, Utagawa Hiroshige, el último gran maestro del ukiyo-e.