Es fascinante que un cuerpo sin pelo, fruto de un artefacto socialcomo la depilación, se considere una muestra de feminidad innata.Sería lógico que el vello corporal, que separa la niña de la mujer, se considerase intrínsecamente femenino, incluso sexi. En cambio, hemosllegado al punto en que es todo lo contrario. La mayoría de lasmujeres de nuestra sociedad afirman que se depilan porque quieren,porque se sienten más atractivas o por motivos de higiene. En cambio,no depilarte o mostrar públicamente que no te depilas suele ser unadecisión política. Este libro desmonta las ideas preconcebidas sobrelas supuestas bondades de la depilación y analiza la penalizaciónsocial que conlleva mostrar el pelo corporal tal y como nos nace. Conlos datos en la mano, veremos que la elección no es libre y quemostrar o no mostrar el pelo corporal no es una simple opcióninofensiva. ¿Qué vello estamos obligadas a erradicar si queremos servistas como «mujeres de verdad»? ¿Qué impacto tiene sobre nuestrasalud física y mental acatar las normas sociales sobre depilación?¿Qué pasa si no podemos? ¿Y si no queremos? Bel Olid expone concl