Sentadas junto a la máquina de escribir, las mujeres han redactadodocumentos, mecanografiado contratos y escrito cartas para sus jefes.Convertidas en mito erótico y blanco de chistes, las secretariasescribían en silencio documentos que firmaban sus jefes. Pero eso nosucedía solo en el interior de las oficinas. Las mujeres de los genios de la literatura hacían de secretarias, traductoras, correctoras yagentes mientras se ocupaban de la casa y los niños y a veces inclusotrabajaban fuera para sostener económicamente a la familia. Su rastrose perdía en la historia mientras ellos recibían premios yreconocimiento. Otras mujeres, unas pocas, consiguieron publicarenfrentándose a los prejuicios y las dificultades. A veces no pudieron firmar sus obras, en otras ocasiones lo hicieron con nombremasculino. Este libro traza la genealogía de esa escritura silenciosade las mujeres para que no la olvidemos y para que no dejemos quecontinúe pasando.