Una crítica potente y electrizante del movimiento feminista actual que anuncia una nueva voz del feminismo negro.
El movimiento feminista actual tiene un punto ciego evidente y, paradójicamente, son las mujeres. Las feministas de la corriente principal rara vez hablan de la satisfacción de las necesidades básicas como una cuestión feminista, sostiene Mikki Kendall, pero la inseguridad alimentaria, el acceso a una educación de calidad, los barrios seguros, un salario digno y la atención médica son cuestiones feministas. Sin embargo, a menudo la atención no se centra en la supervivencia básica de la mayoría sino en el aumento de los privilegios de unos pocos. El hecho de que las feministas se nieguen a dar prioridad a estas cuestiones no ha hecho más que exacerbar el viejo problema tanto de las discordias internas como de las mujeres que se nieganl lamarse como tal. Además, las feministas blancas prominentes sufren en general de su propia miopía con respecto a cómo cosas como la raza, la clase, la orientación sexual y la capacidad se cruzan con el género. ¿Cómo podemos ser solidarias