De unos pocos años a esta parte se han venido publicando numerosos estudios sobre arquitectura y género, y cada vez son más los trabajos dedicados a las arquitectas y a las dificultades para desarrollar su profesión por el mero hecho de ser mujer. Mucho antes de todo esto, Dolores Hayden fue una de las primeras académicas en estudiar a todo un grupo de feministas estadounidenses ùcomo Melusina Fay Peirce, Mary Livermore y Charlotte Perkins Gilmanù que hicieron campaña contra el aislamiento de las mujeres en el hogar y el confinamiento a la vida doméstica por considerarlo la causa fundamental de su posición desigual en la sociedad. La gran revolución doméstica, un libro que ha pasado casi desapercibido en los países de habla hispana, es el germen de muchos de los estudios posteriores de género en arquitectura. Arroja una necesaria luz sobre los planes innovadores y las estrategias visionarias de estas mujeres, así como sobre sus ambiciosos objetivos de socializar el trabajo doméstico y el cuidado de los niños. El libro analiza las fuentes utópicas y pragmáticas de los programas feministas para la reo