Todas sus historias empiezan y acaban en este lugar: Villa de la Fuente. La gente habla mucho de ellos, pero no sabe nada de lo que les pasa. Son los que se perdieron, los que andan en la droga, los que no se adaptan, los raros. Una novela coral, canalla pero tierna que presta oído y da voz a los que apenas pueden explicarse. Un libro durísimo y divertido sobre un lugar y sobre no poder salir de él.