Una brillante promesa de la cultura vasca tiene que huir tras ayudar a dos presos políticos vascos a escapar de prisión, y desde entonces vive en el exilio, alejado de su entorno y acechado por un mar de dudas. ¿Cómo seguir escribiendo desde el epicentro de una guerra? ¿Qué esperar y cómo afrontar la vida en clandestinidad? ¿Podrá alguna vez salir de ese silencio que lo engulle y retomar la escritura que tanto anhela? En esta novela llena de elipsis, el escritor, exiliado primero, comprometido en la lucha por la liberación de su país después y encarcelado como consecuencia de ello, reflexiona en una celda de castigo sobre su condición presente y su incierto futuro, y el exilio se nos presenta como un destierro interior más que geográfico. Mikel Antza ya no está en país extraño y, como herramienta de lucha, ya no tiene que elegir entre la pluma y la espada. Esta novela escrita en prisión nos muestra que, a veces, la pulsión literaria puede ser lo suficientemente fuerte como para dejar su huella escrita.