"El callejón de las almas perdidas" comienza con la descripción de un abyecto espectáculo de feria cuyo principal reclamo es «el monstruo», alguien que ha caído tan bajo que está dispuesto a humillarse, por un trago de whisky, delante de un público ávido de sensaciones extremas. El joven Stan Carlisle, que trabaja en una feria ambulante, está convencido de que nunca acabará así.