Desde que aprenden a usar los lápices, los niños y las niñas quieren pintar las paredes. A los mayores no les suele gustar que lo hagan y muy a menudo les regañan por ello. Y, sin embargo, ¡hay tantas historias que contar sobre los garabatos en los muros! Un libro para peques y adultos, que nos recuerda que, de vez en cuando, es justo desobedecer.