«Sí, la historia es real, muy real. Hubo una guerra, Polonia fue ocupada por las tropas alemanas en septiembre de 1939 y los nazis tomaron el poder durante seis años, hasta el invierno de 1945; también existió el hospital de Tworki, que aún hoy sigue abierto. Sí, la historia es real, demasiado real. También existió un cielo azul, otras veces lluvioso, como existió la carta de S.; una carta escrita a lápiz». Así describe Bienczyk el origen de esta historia, que nos habla de la sensibilidad hacia la experiencia del dolor humano, de la pérdida, de la vida que aspira a una plenitud que constantemente se nos escapa.