Como en un viaje a la semilla, de muerte a nacimiento, Jordi Ardid va desgranando la miscelánea de su árbol familiar en Barcelona y los ausentes. Una hornada de personajes que brillaron un momento antes de desaparecer dilucidan su vida y su tiempo en una ciudad ya desaparecida. Con una prosa efectiva, casi cinematográfica, el autor nos dibuja todos los sentimientos humanos, que van creciendo en el interior de unos personajes que se cosen y se deshilachan, que se muestran y a la vez se esconden, que son espejo de un pasado que no volverá.