De piedra, de madera, de colores o incluso de música. De enormes dimensiones, como el Akashi Kaikyo o el Golden Gate; tan finos como el hilo tendido entre las Torres Gemelas por un acróbata o efímeros como la franja de nieve helada que une las grietas de un glaciar. Escenarios de batallas y de reconciliaciones, parte de nuestro paisaje físico y emocional, los puentes son un símbolo de paso entre mundos lejanos, un remiendo en el territorio capaz de sortear agua y aire.
Puentes, no muros recoge cincuenta ilustraciones de puentes de todo el mundo y nos invita a recorrerlos a pie o con la imaginación. Un libro que nos permite viajar a través de las historias de quienes diseñaron, construyeron y cruzaron estas mágicas arquitecturas.