«Me atraía mucho la idea de ilustrar El patito feo. Tanto de niña como de
adolescente, siempre me reconocí en ese cuento, porque yo también me
sentía un patito feo. Ya desde muy joven me costaba encajar. En un momento
dado, escribí en mi diario que me sentía fea, gorda y despreciada. Para mí
la adolescencia fue una etapa muy complicada e infeliz.»
La historia de Andersen sobre el patito feo, que soporta el tormento y la soledad
antes de convertirse en un hermoso cisne, ha resonado entre los lectores
desde que se publicó por primera vez en 1843. En esta hermosa nueva
edición del cuento clásico, Abramovi c reinventa la historia agregando ilustraciones
a lápiz que representan, con la expresividad y la fuerza que la caracterizan,
todos los elementos ya míticos presentes en el texto original.
Hay quienes consideran El patito feo un cuento psicológico y espiritual, un
cuento que contiene verdades fundamentales que todo ser humano debe
necesariamente asimilar, porque al no hacerlo, todo su desarrollo como persona
será endeble y precario.
«Ser nosotros mismos nos causa ser exiliados por muchos otros. Sin embargo,
cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos.»
Clarissa Pinkola sobre el El patito feo