Del intercambio de cartas entre estos dos grandes intelectuales nace un texto que pasa a las épocas siguientes como un gran clásico sobre la sociedad contemporánea y sus contradicciones: lo que está en juego en esta reflexión es la guerra, las formas autodestructivas, los intentos de construcción de la paz por parte de las instituciones políticas, el desencanto, el trabajo cotidiano de las burocracias sin alma, las utopías y los impulsos ideales, las pasiones y las muchas razones por las que vale la pena llevar a cabo esfuerzos comunes. Y la forma dialogante confiere al texto una profundidad que quizá ningún tratado científico podría alcanzar; inmediato y riguroso al mismo tiempo, este debate abre un horizonte que trasciende la época en la que se produjo, los años treinta, y arroja luz sobre los perfiles de un problema que, si bien ha cambiado a lo largo del tiempo, persiste.