La vida es menos divertida cuando no estás colocado, también ?y sobre todo? la de Megg y Mogg. Los cautivadores personajes de Simon Hanselmann ?best seller del New York Times traducido a 14 idiomas y ganador del Festival Internacional del Cómic de Angulema? pasan el mono en El mal camino a través de ocho historietas seguidas en el tiempo que ilustran una caída al vacío: el abuso de las drogas, que solía ser la vía hacia travesuras estridentes y sin consecuencias, empieza a tomar un camino sombrío. Su apático estilo de vida ha dejado de tener sentido: Megg ya tiene 29 años y lleva casi diez viviendo de ayudas sociales; a Mogg su padre no le pasa más dinero. La casa nunca ha estado tan sucia. Con la marcha de Búho ?gran ausente de esta historia, continuación de Melancolía (Fulgencio Pimentel, 2016)? y la llegada de Werewolf Jones como nuevo compañero de hogar ?siempre al borde de la sobredosis; ni tan pringado ni tan generoso como para pagar más de lo que le corresponde? Megg y Mogg se ven obligados a buscar trabajo y a intentar alargar las prestaciones del Estado para poder pagar el alquiler y seguir drogándo