En octubre de 1934 se escriben algunas de las páginas más aciagas de la Segunda República cuando Asturias experimenta la revolución obrera. El gobierno responde enviando al ejército, dirigido desde Madrid por el general Franco, quien decide emplear a las tropas coloniales y reprimir la revuelta con extrema dureza. Chaves Nogales llega a Asturias una vez recuperado el control de la zona. Como enviado especial y subdirector del diario Ahora, ofrece en sus crónicas un detallado informe marcado por el afán de ecuanimidad, como había hecho ya en sus reportajes sobre las insurrecciones anarquistas precedentes, recogidos también en esta edición junto al premonitorio artículo que había escrito poco después del advenimiento de la Segunda República, y que abre este volumen.